Pasaban las horas, hacía
frío, llovía y continuaban las discusiones. El cabildo había convocado a los
jefes militares y estos le hicieron saber al cuerpo a través de Saavedra que no
podían mantener en el poder a la Junta del 24 porque corrían riesgos personales
porque sus tropas no les responderían. La mayoría de la gente se fue yendo a
sus casas y el síndico del Cabildo salió al balcón y preguntó "¿Dónde está
el pueblo?". En esos momentos Antonio Luis Beruti irrumpió en la sala capitular
seguido de algunos infernales y dijo "Señores del Cabildo: esto ya pasa de
juguete; no estamos en circunstancias de que ustedes se burlen de nosotros con
sandeces, Si hasta ahora hemos procedido con prudencia, ha sido para evitar
desastres y efusión de sangre. El pueblo, en cuyo nombre hablamos, está armado
en los cuarteles y una gran parte del vecindario espera en otras partes la voz
para venir aquí. ¿Quieren ustedes verlo? Toque la campana y si es que no tiene
badajo nosotros tocaremos generala y verán ustedes la cara de ese pueblo, cuya
presencia echan de menos. ¡Sí o no! Pronto, señores decirlo ahora mismo, porque
no estamos dispuestos a sufrir demoras y engaños; pero, si volvemos con las
armas en la mano, no responderemos de nada." Poco después se anunció finalmente
que se había formado una nueva junta de gobierno .El presidente era Cornelio
Saavedra; los doctores Mariano Moreno y Juan José Paso, eran sus secretarios;
fueron designados seis vocales: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, el militar
Miguel de Azcuénaga, el sacerdote Manuel Alberti y los comerciantes Juan Larrea
y Domingo Matheu. Comenzaba una nueva etapa de nuestra historia.
La Junta declaró que gobernaba en nombre de Fernando VII. Así lo
recuerda Saavedra en sus memorias "Con las más repetidas instancias,
solicité al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no sólo
por falta de experiencia y de luces para desempeñarlo, sino también porque
habiendo dado tan públicamente la cara en la revolución de aquellos días no
quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores
por aquel medio. Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto del
señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus
providencias y mandatos."
Para algunos era sólo una estrategia a la que llamaron la "máscara de Fernando", es decir, decían que gobernaban en nombre de Fernando pero en realidad querían declarar la independencia. Pensaban que todavía no había llegado el momento y no se sentían con la fuerza suficiente para dar ese paso tan importante. La máscara de Fernando se mantendrá hasta el 9 de julio de 1816.
Pero los españoles no se creyeron lo de la máscara o el manto de Fernando y se resistieron a aceptar la nueva situación.
En Buenos Aires el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
Para algunos era sólo una estrategia a la que llamaron la "máscara de Fernando", es decir, decían que gobernaban en nombre de Fernando pero en realidad querían declarar la independencia. Pensaban que todavía no había llegado el momento y no se sentían con la fuerza suficiente para dar ese paso tan importante. La máscara de Fernando se mantendrá hasta el 9 de julio de 1816.
Pero los españoles no se creyeron lo de la máscara o el manto de Fernando y se resistieron a aceptar la nueva situación.
En Buenos Aires el ex virrey Cisneros y los miembros de la Audiencia trataron de huir a Montevideo y unirse a Elío (que no acataba la autoridad de Buenos Aires y logrará ser nombrado virrey), pero fueron arrestados y enviados a España en un buque inglés.
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